Del Tintero


Edgar Vindo Vázquez Ibarra VOCACIÓN DE CIUDADANO

  • Ejemplo de democracia participativa, con brillo propio

Por: Armando León Lezama

En las lides del periodismo, va uno en el andar de años, aprendiendo a observar.

Se da cuenta en esa observación, lo efímero que son en tiempos actuales, políticos, legisladores y demás personajes de membrete que ostentan cargos públicos de mando.

Se desvanecen tras cumplir ambición personal de permanecer una temporada gozándo de las mieles del poder público.

En éste entender, es de reconocer a Edgar Vindo Vázquez Ibarra.

Recientemente lo ví activo en la campaña de las olas blanquiazules que hace el señor Mares – José Rigoberto -, en el objetivo de lograr maremoto político electoral que rompa y hunda Milelandia – la ciudad del todo está bien -.

La llegada de «Vindo Vázquez», a la travesía multicolor, al sumar las barcas del PRD, PRI, y los barquitos, humanista y de renovación Sudcaliforniana, no como grumete – muchacho que aprende el oficio de marinero, ayudándo a la tripulación en las faenas -.

Edgar Vindo Vázquez Ibarra, tiene vocación de ciudadano.

Y ello, no es algo menor.

Por el contrario, es madurez como habitante de Sudcalifornia.

Porque no basta tener 18 años para ser ciudadano; se tiene que entender que se deben ejercer derechos y obligaciones.

Se tiene que ser activo y participativo para bien de sí mismo y la colectividad.

En éste renglón, repaso el haber del político, servidor público, hombre de familia:

Asesor inmobiliario; Estudioso de la victimología en la uní mundial; pretenso a candidato por la presidencia del ayuntamiento paceño independiente; Potencial para diputado en el cuarto distrito local electoral; Dirigente de colonias unidas del Estado de Baja California Sur; Representante del comité de vecinos del fraccionamiento Camino Real; director de protección civil en el municipio paceño…

Como se lee, es proactivo y definitivamente con vocación de ciudadano.

Deberá entender José Rigoberto Mares Aguilar, que Vindo, no se agrega. Más bien suma a la contienda porque trae liderazgo natural, trayectoria y experiencia en el servicio público, electoral y comunitario.

Es un humano con legitimidad. Es decir, con respaldo de muchos habitantes del municipio de La Paz.

No es grumete; sí capitán de embarcaciones en mar abierto.

Vaya pues el reconocimiento social por su permanente avanzar en la dinámica de la vida política y de servicio público, sin bajar la guardia.

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