Lo bueno, lo malo y lo feo de… ¡Ser vecinos de Sonora!


Por Carlos González Muñoz

LO BUENO…Baja California Sur podrá recibir energía eléctrica proveniente del estado vecino de Sonora cuando entre en operación la planta de energía fotovoltaica actualmente en construcción en el municipio sonorense de Puerto Peñasco, en las inmediaciones del Gran Desierto de Altar.

El ejecutivo de aquella entidad, Alfonso Durazo, integrante junto con el profesor Víctor Castro Cosío del grupo de gobernadores del noroeste de Morena, anunció hace unos días que con este proyecto a cargo de los gobiernos de Sonora, el Federal y la Comisión Federal de Electricidad , CFE, la planta de paneles solares de Puerto Peñasco será una central con capacidad de producir hasta mil megavatios de energía eléctrica y podrá satisfacer la demanda de la población no sólo de Sonora sino también de la península, desde Tijuana hasta Los Cabos.

En este proyecto de infraestructura se invertirán más de 34 mil millones de pesos entre 2022 y 2028, en dos mil hectáreas de tendido de paneles solares en un sitio en donde la irradiación solar está por encima del promedio que se tiene en el resto del país, un verdadero regalo de la naturaleza desaprovechado.

La decisión que tomó el gobierno federal de construir en el noroeste del país la que será la planta productora de energía más grande de América Latina, y que se haya decidido incorporar a Baja California Sur como beneficiaria directa de este importante proyecto nacionalista, es un paso significativo que incorpora a la entidad a la red nacional de electricidad y además recupera para la nación autosuficiencia y soberanía energética.

LO MALO…Esta buena noticia es un pésimo anuncio para algunos ambientalistas “choyeros” que llevan años protestando porque la CFE utiliza combustóleo como fuente de energía para producir electricidad y exigen sea sustituido de inmediato por “energías limpias”, sin importarles que las empresas extranjeras propietarias de estas patentes sean quienes aprovechándose de su poder e influencia impongan las reglas del juego a gobiernos y clientes. Estas empresas foráneas han sido protegidas por los gobiernos del PAN y PRI, llegando a apropiarse de casi el 70 % del mercado nacional de la electricidad.

Estos grupos de ambientalistas afirman sin pudor alguno que la soberanía es “algo intrascendente y pasado de moda.

A ellos esta noticia les caerá seguramente como un cubetazo de agua helada porque hubieran preferido que no fuera Alfonso Durazo sino el dueño de Iberdrola quien diera a conocer que la energía que circula y da vida a la economía en la península de Baja California pasará a ser administrada por la Corona Española.

Pero les falló el diagnóstico: Será la Comisión Federal de Electricidad, una empresa pública del Estado mexicano quien va a garantizar el derecho de la población de esta región del país a transitar hacia un futuro de energías limpias, dejando en el pasado prácticas tóxicas como son el uso del combustóleo para producir electricidad pero también la entrega a extranjeros de los recursos naturales de la nación.

LO FEO… Por tratarse de un proyecto impulsado por AMLO y por gobernadores de Morena la noticia ha pasado desapercibida para la mayoría de la prensa nacional e intencionalmente convertida en una nota de “interiores”.

No importa: La planta de Puerto Peñasco va ¡y qué suerte ser vecinos de Sonora!

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