• Cosas Veredes- Sancho: Ponce y Agundez
• En tanto Mendoza: preserva el estado de los siniestros
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Se hizo viral la reunión en las afueras de la ciudad de La Paz entre Narciso Agundes Montaño y la señora Estela Ponce Beltrán. Del pelafustán que gusta comprar títulos de ingeniero, de sobra es conocido que no solamente traiciona por instinto, cuando traicionó a la tierra donde lo parieron.

En cuanto a la señora Ponce como ya lo dijo unos columnistas tiene toda la libertad de reunirse con quien ella desee, pero parece que se le olvidó uno de los maestros más admirados del tricolor que decía: “en política las formas son fondos”. Lo lamentable de todo esto, suponiendo sin conceder es que fue una promoción del maestro Castro Cosió. Estamos en la mejor disposición en cuanto a Víctor Manuel de aclarar esto. Pero no metería las manos a la lumbre por el sujeto que vendió la playa norte del caimancito y acabó por desmantelar el caimancito.

Por Víctor Octavio García

Cruzar el Rubicón

Veo con profunda tristeza cómo varios priístas sin reparar en los riesgos que entraña cruzar el Rubicón –río que separaba a Italia de la Galia Cisalpina– andan de partido en partido sí saber qué diablos hacer; Julio César ante la negativa del senado romano de nombrarlo Cónsul por intrigas del Cónsul Pompeyo se atrevió a bordear el Rubicón diciendo, “alea jacta est”, –la suerte está echada–, los desesperados y angustiados priístas no hacen más que perifonear consignas de otros partidos en aras de ver a ver que les toca de la pepena electoral; a la gran mayoría no les van a dar nada, como nada les dieron en el PRI que dejaron.

Por Víctor Octavio García

La tesis de que “aquí no pasa nada”

En los 90’s, Carlos A. Rondero Savín, a la sazón secretario particular del gobernador Víctor Liceaga, lanzó una frase que no tardó en convertirse en cita recurrentes de no pocos analistas políticos y espacios de opinión al sostener, en aras de restarle importancia a murmuraciones, de que “aquí no pasa nada”, conceptualmente tenía razón aunque como replicó en su momento el autor de este espacio, “aunque sí pase”.

Por Víctor Octavio García

Suerte ciega

Al igual lo que le que les ocurrió a los priístas en 2011 y en los procesos electorales sucesivos, los morenistas están jugando –haciendo política– a ciegas, bien a bien no saben cuántas canicas traen pero siguen apostando doble contra sencillo; los posicionamientos que presumen a vuelo de pájaro u ojo de buen cubero son tan endebles y volátiles como sus mismas promesas; en 2011 Esthela Ponce se paseaba a lo largo y ancho del estado creyendo más en lo que le decían que lo que realmente traía; no traía nada y no llegó a la candidatura a la gubernatura del estado sino que una burda y ruin negociación entre Felipe Calderón y Beatriz Paredes la catapulto a la alcaldía de La Paz; el problema es que todos sin excepción (priístas) siguieron jugando igual creyendo que todo el monte era orégano; craso error.

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