En Corto


PROTEGER A NIÑOS Y NIÑAS DE PADRES HOMOFÓBICOS

Por Carlos González Muñoz

El objetivo era priorizar el interés superior de la niñez y los adolescentes y se logró: 16 votos a favor y solamente cinco en contra.

Con el voto mayoritario de las y los legisladores de Morena y PT, las y los niños transexuales en la entidad, así como también las y los adolescentes, no solamente las mujeres y los hombres transexuales mayores de edad, cuentan desde ahora con el derecho de acudir al registro civil y tramitar una nueva acta de nacimiento, que a diferencia de la original, concuerde con la identidad de género asumida.

En contra de esta resolución votaron los legisladores locales del PAN, manifestando que se trata de una decisión “que atenta contra los derechos y la dignidad de los menores de edad”.

¿En verdad? ¿No será que en el fondo están defendiendo sus propios prejuicios y valores religiosos trasnochados? ¿anclados en el pasado medieval?

Con el pretexto de defender a la familia tradicional y a los niños y niñas, lo cierto es que quienes votaron en contra de esta medida actúan como la Santa Inquisición, reprimiendo y negando el derecho que tiene todo ser humano a ser reconocido y aceptado a plenitud, a ser feliz, no ser obligado a vivir su sexualidad en la clandestinidad, a medias, en un ambiente de violencia y rechazo familiar, social.

Preguntemos: ¿Por qué esperar hasta la mayoría de edad para ser reconocido o reconocida como transexual? ¿qué hacer mientras tanto? ¿ocultarlo? ¿reprimirlo?

Se trata de un resolutivo de vanguardia porque a pesar de ser un tema polémico que divide opiniones, también exige definiciones puntuales y nuestros legisladores se atrevieron: La sesión pública en donde se votó esta resolución tuvo que ser resguardada por personal de seguridad que protegía a las y los diputados de Morena de las agresiones físicas y verbales del Frente Nacional por la Familia, obstinado opositor de la comunidad LGTB.

La trascendencia de esta reforma al Código Civil de Baja California Sur puede vislumbrarse con el siguiente ejemplo.

¿Qué sucedería si un hijo o hija del señor Rafael Loera Vázquez, dirigente estatal del Frente Nacional por la Familia, reconocido homofóbico, se acercara a él para confiarle que es transexual? Seguramente lo rechazaría.

Gracias a las y los legisladores de Morena, ese o esa jovencita, a pesar del rechazo y homofobia de Rafael Loera, su padre, podrá recurrir a la Procuraduría de Protección a las Niñas, Niños y Adolescentes, recibir asesoría y acompañamiento en su trámite ante el Registro Civil, ser feliz.

Será un jovencito o jovencita completo, libre de prejuicios y condicionamientos morales opresores como los de su progenitor, una persona alejada de la depresión, de la soledad, del suicidio.
Esto sólo será necesario si llegado el caso, como en este ejemplo, al menor se le niega su derecho a solicitar una nueva acta de nacimiento porque el resolutivo aprobado dice: “Cuando se niegue o sea imposible obtener el consentimiento de los padres, tutor o persona que tenga la custodia legal de la persona menor de edad, esta podrá acudir ante la Procuraduría respectiva, la cual deberá prestarle asistencia legal para obtener su nueva acta de nacimiento”.

Fuera de sí, el señor Loera le gritó “cobarde” al diputado de Morena José María Avilés, pero ya era tarde porque sólo cinco diputados locales le hicieron caso.

La democracia sirve también para avanzar y destruir prejuicios, construir una nueva moralidad basada en el amor al prójimo, en el respeto al diferente, no una moralidad basada en el odio, la represión y la hipocresía.

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