Por Carlos González M.

¡Hágame el favor!

Por la supuesta violencia que se habría desatado en una de tres casillas electorales instaladas en algún lugar de Los Cabos o La Paz y porque en esta casilla supuestamente también se habría presionado a los electores a votar a favor de la candidata de la coalición Morena PT a la diputación federal por el distrito 01, los magistrados del Tribunal Electoral Federal revocaron el triunfo de Mercedes Maciel y otorgaron finalmente la constancia de mayoría al candidato de la alianza PRI PAN, Marco Puppo. ¿Cuál fue la razón esgrimida para cometer este atraco? Los magistrados afirman que en esta casilla el pasado 6 de junio se desataron hechos violentos y que hubo coacción al voto, anulando con un solo golpe de mano el total de los votos de otras dos casillas e inclinando así la balanza a favor de la alianza PRI PAN.

Vamos por partes.

¿Usted se enteró ese día de estos hechos violentos que afirman los jueces, sucedieron en BCS? Yo no.

¿En dónde está el parte de la policía municipal respectiva que seguramente informó de estos incidentes y que respalde lo afirmado por el tribunal? No existe.

¿Trascendió en algún medio de comunicación local esta jornada de violencia que afirman los magistrados del máximo tribunal electoral de la nación, azotó a Baja California Sur? Para nada.

¿En dónde están entonces las evidencias de una jornada electoral cargada de irregularidades en Baja California Sur? ¿y que justifique la decisión tomada? Estas evidencias seguramente no existen pero lo único contante y sonante, eso si, está en sus bolsillos como pago al servicio prestado.

Con este golpe de mano extemporáneo los jueces del tribunal, abusando de su poder, anularon de golpe y porrazo el voto de los miles de sudcalifornianos que votaron por la candidata de Morena PT.

¿Cómo la ven? ¿dónde quedó la legitimidad de la jornada electoral? ¿el tiempo invertido en localizar la casilla? ¿soportar las inclemencias del tiempo? ¿la espera? ¿y los votos? ¿acaso todo esto valió «shhetos»?

Una pregunta final. ¿dónde están los jueces y las autoridades, supuestamente encargadas de defender el voto de los ciudadanos y promover la democracia?

Por lo pronto estas autoridades no existen y en su lugar estamos ante un hecho evidente, eso sí, cargado de mentiras y mala fe.