ABCdario


Por Víctor Octavio García

Islas Clarión

A mediado de los 80’s, los “Luises” –Coppola y Bulnes QEPD–, como todos los años decidieron vacacionar en las islas Clarión, un archipiélago de islas en el pacifico mexicano conformada por la isla Clarión, Socorro, San Benedicto y la isla o islote de Roca Partida, don Luis Bulnes tenía un yate bien equipado y en el hacían la travesía de Cabo San Lucas al archipiélago, me invitaron pero por huraño, apocado e introvertido no fui, pretexte compromisos ineludibles, la verdad que por mi cortedad perdí la oportunidad de conocer y vacacionar en las islas Revillagigedo, semanas después don Luis Coppola me compartió sus experiencias en aquellas alejadas tierras del territorio nacional.

Los “Luises” tenían buenas migas con el comandante destacamentado en la isla o archipiélago al que siempre le llevaban, porque era un asiduo degustador, cremas de cacahuates gringas, y eran atendidos en la base naval personalmente por el comandante desde el momento en que fondeaban el yate hasta que levantaban anclas, comiendo las mejores pescados y mariscos frescos, recorriendo la isla, ejercitando tiro al blanco, pescando, tomando fotos, conviviendo con el comandante de la zona naval quien los ilustraba de los paisajes, flora y fauna existente en el archipiélago.

Durante muchos años, como si se tratara de una manda, partían a las islas en plan de vacacionar, en ocasiones con su familia y en veces con la tripulación, del disfrute solo ellos lo saben, así que por mi proverbial cortedad perdí la oportunidad de vacacionar una semana a “cuerpo de rey” en las islas del pacifico mexicano, gracias a una excelente relación que he cultivado a lo largo de más de 30 años, con don Luis Bulnes hasta su muerte, a quien le debo tener servicios médicos del IMSS, si no fuese por ese gesto generoso no tuviese acceso a la salud, así de simple, con Coppola mantengo una relación constante e inmejorable de aprecio y respeto, más allá de eso no hay nada, cada chango a su mecate.

Hoy cuando el tiempo se me vino encima recuerdo con gratitud y nostalgia las oportunidades que se me presentaron, y no aproveche por una u otra razón, años antes del viaje a las islas Clarión, conocí y traté a un franco-canadiense de nombre Nicole, que se casó con una paisana en aguas internacionales en el golfo de California, él se dedicada a la pesca de centollas y bacalao en el mar del norte, invitación que desaire de ir a probar suerte en las frías aguas del mar de Bering porque estaba recién casado, y mi juventud era más de disfrute que de visión de miras; oportunidades que también deje ir en política esperando no sé qué, hoy cuando las manecillas del reloj siguen su implacable curso, solo tengo aliento para decir en voz alta que quiero pasar mis últimos años en un rancho aislado, lejos de la ciudad, del bullicio y de la falsa sociedad. ¡Qué tal!

Para cualquier comentario, duda o aclaración, diríjase a victoroctaviobcs@hotmail.com

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